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Rafael Solano: el campo minado de la crítica política en redes

Rafael Solano: el campo minado de la crítica política en redes
Plataforma
TikTok
País
Colombia
Año
2023
regla
Intimidación y acoso; Violencia e incitación
Categoría
Moderación de Contenido

Luego de las elecciones regionales en Colombia, Rafael Solano, un creador de contenido con cerca de 460.000 seguidores en TikTok, publicó un video en el que daba su opinión sobre los resultados. Después de 24 horas, la plataforma le notificó que el video dejaría de ser público por una supuesta infracción a la política de intimidación y acoso.

El video era una crítica a la polarización política en Colombia. Aunque el video no incumplía con la norma señalada por la plataforma –la cual prohíbe publicaciones que busquen acosar, humillar o amenazar a otras personas– es posible que una expresión que Solano utilizó para ilustrar su punto hubiera desencadenado la sanción:

 “Colombia es un país donde la gente se mete un tiro en el pie derecho, dura cuatro años quejándose y jurando que no lo volverá a hacer, e ipso facto se pega un tiro en el pie izquierdo”. 

Aviso de infracción al video de @rafaelsolanov

A pesar de que Solano apeló la decisión de manera inmediata, más de un mes después sigue sin recibir una respuesta de TikTok. La misma pieza fue publicada sin inconvenientes en Instagram, donde se ha convertido en el video más visto de esa cuenta con más de 54.000 visitas. 

Limitaciones creativas en las plataformas

Mientras recibía una respuesta a su apelación , Solano optó por publicar otra versión en TikTok y en Instagram en la que moderó su discurso. Pasó de decir "pegarse un tiro en el pie" a "comerse un caramelo podrido", y sustituyó la mención de "partidos políticos de izquierda o derecha" por colores "azul y rojo".

Esta versión “family friendly”, como él mismo la llama, también le supuso problemas cuando la publicó en Instagram. En el video, Solano hizo un sketch en el que hacía una analogía entre un servidor público y un personero del colegio “que se robaba la plata del almuerzo” y al que sus votantes defendían con la frasete voy a patear el trasero

Un usuario criticó al hipotético personero en un comentario y Solano, metido en el juego, le respondió con la misma expresión del sketch, que Instagram interpretó como una amenaza. De inmediato, la cuenta quedó suspendida por una supuesta infracción a la política de violencia e incitación. Solano apeló y recuperó su cuenta cinco minutos después. 

Las normas comunitarias de Meta –compañía matriz de Instagram– prohíben afirmaciones que promuevan un riesgo real de violencia que ponga en riesgo la integridad física de las personas. Como en otros casos, la falta de contexto de los moderadores humanos o de los sistemas automatizados impiden diferenciar entre declaraciones inofensivas o sarcásticas de aquellas que realmente constituyen una amenaza.

Las fallas de moderación limitan las posibilidades creativas de los usuarios. Para creadores como Solano, que se dedican a la crítica política y social, la edición de sus contenidos es un ejercicio de ensayo y error. En otras ocasiones, al abordar temas noticiosos, como disturbios en Bucaramanga o la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, las plataformas lo han sancionado con remociones de contenido o desmonetizaciones, incluso después haber silenciado o suprimido fragmentos de sus videos originales. 

 “Es un miedo real que me quiten la cuenta por algo que diga. He aprendido a rozar la línea: canalizar mi enojo lo suficiente para que el algoritmo no me baje los videos”, comenta. Desde entonces, ésta ha sido su estrategia para respaldar su contenido.

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