La semana pasada X, la compañía que hasta hace poco conocíamos como Twitter, anunció cambios a sus normas sobre elecciones. Según un comunicado, los ajustes se hacían para contrarrestar el contenido problemático “sin censurar el debate político”. Sin embargo, omitió mencionar uno de los cambios más radicales: con la nueva redacción de la norma, la información engañosa sobre los resultados electorales ya no está prohibida en la plataforma.
Entre las reglas que desaparecieron del nuevo texto se encuentra la restricción de divulgar información no verificada sobre fraude o la de minar la confianza en un proceso a través de narrativas de desinformación relacionadas con el conteo de votos.
Si bien la plataforma continúa prohibiendo ciertos tipos de desinformación electoral, como la que intenta engañar sobre los lugares o los métodos de votación, dejar de sancionar la que se refiere a los resultados de un proceso abre la puerta a contenidos dañinos que pueden llegar a tener un impacto en el entorno offline.
Restricciones de este tipo fueron introducidas por Twitter y por otras plataformas tras las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2020, en las que las afirmaciones de fraude de Donald Trump y la promoción de la teoría Stop the steal sembraron dudas sobre la legitimidad del proceso y derivaron en la toma del Capitolio en Washington en 2021.
Una situación similar se presentó a comienzos de este año en Brasilia, donde seguidores de Jair Bolsonaro invadieron edificios gubernamentales y provocaron otros incidentes violentos luego de varias semanas en las que se cuestionaron los resultados de la elección presidencial en la que resultó ganador Luiz Inácio Lula da Silva.
Los cambios introducidos por X ocurren cuando empieza a tomar vuelo la campaña presidencial del próximo año en Estados Unidos, en la que Trump –a pesar de todos los líos judiciales que enfrenta– posiblemente volverá a ser candidato. De hecho, el exmandatario, que había sido suspendido de las principales plataformas tras la toma del Capitolio, retomó su actividad en esta red social con un mensaje en el que sugiere que los procesos judiciales que se adelantan en su contra son un intento de “interferencia electoral”.
Los efectos de esta nueva dirección X podrían llegar a percibirse antes en América Latina, dadas las elecciones programadas para el próximo mes en Colombia, Ecuador y Argentina. Alrededor de algunos de estos procesos electorales ya se han empezado a promover discursos que cuestionan su legitimidad.
Luego de haber ganado las elecciones primarias en Argentina, Javier Milei aseguró en televisión que hubiera sacado cinco puntos adicionales en las votaciones PASO si no hubiera habido fraude, una afirmación que podría volver a estar en la mesa en octubre, cuando se celebre la primera vuelta. A su vez, en Ecuador agencias de verificación de datos como AP han desmentido noticias falsas según las cuales se había cometido fraude en contra del candidato Christian Zurita, quien sustituyó en su aspiración a Fernando Villavicencio, asesinado poco antes de la primera vuelta.
Colombia también ha sido escenario de este tipo de discursos. El año pasado, durante las elecciones presidenciales y legislativas, se divulgaron cuestionamientos alrededor del software de la Registraduría y una supuesta ruptura en la cadena de custodia.
Bajo la filosofía de “libertad de expresión, pero no de alcance” que Elon Musk introdujo cuando adquirió la compañía, los contenidos que incumplan las reglas sobre elecciones no serán eliminados, pero tendrán menor visibilidad en la plataforma y se les aplicará una etiqueta.
Las nuevas normas electorales en X vienen acompañadas de otra noticia: el regreso de la publicidad política en la plataforma. Los anuncios pagados por campañas, partidos y candidatos habían estado prohibidos en la plataforma desde octubre de 2019, cuando Jack Dorsey, entonces CEO de la compañía, aseguró que el alcance de estos mensajes debían ganarse en lugar de comprarse.
Los anuncios estarán disponibles inicialmente en Estados Unidos y aplicarán unas reglas específicas para impedir que se usen para amplificar información falsa sobre las formas de participación o intentos para disuadir a la ciudadanía de votar.
De acuerdo con el anuncio, X implementará un centro de transparencia sobre publicidad que permita revisar los contenidos políticos pautados en la plataforma, a la manera de la Biblioteca de anuncios de Meta o del Centro de Transparencia de Anuncios de Google, en los que es posible consultar el alcance de la publicidad política en redes, el monto gastado y los criterios de segmentación. Por ahora, X solo tiene disponible un formulario de Google para solicitar información sobre anuncios políticos en Estados Unidos.