Ingrid Betancourt. Un doble de Twitter participa en la campaña presidencial

A finales de abril, Ingrid Betancourt, candidata a la presidencia de Colombia, denunció en Twitter que otra cuenta se estaba haciendo pasar por ella en esa red social. La cuenta en cuestión había publicado trinos y participado a su nombre en Spaces en los que, según la candidata, alguien fingía su voz.

Las diferencias entre la cuenta de Betancourt y la que denunciaba eran mínimas. Tenían la misma foto de encabezado y los nombres de usuario tenían apenas una distinción muy sutil: lo que en la cuenta real era una ele minúscula en la otra era una i mayúscula.

La biografía también era casi idéntica. Ambas decían: “Mamá, abuela, colombiana y libre. Candidata Presidencial por el Partido Verde Oxígeno. Voy a liberar a Colombia de la corrupción”. Sin embargo, la cuenta que Betancourt denunciaba añadía al final una palabra clave: “Parody” (parodia). 

Bajo la política de cuentas de parodia, Twitter permite crear usuarios de humor o sátira sobre otras personas, siempre y cuando aquel identifique que la persona real a la que se refiere no esté vinculada con el perfil. Twitter exige que esta aclaración se haga en la biografía y en el nombre de la cuenta, es decir, en el texto que aparece en letras resaltadas bajo la foto de perfil y sobre el handle (que la plataforma llama nombre de usuario). Para cumplir con estos requisitos, la plataforma sugiere que se utilicen palabras como “parodia” o “falso” que indiquen el verdadero carácter de la cuenta.

Esta política es una excepción a la norma de suplantación, que sanciona a quienes se hagan pasar por alguien para engañar o confundir a los demás usuarios. Según las políticas, si una cuenta de parodia es denunciada por suplantación, la plataforma la revisará para comprobar si cumple con sus normas comunitarias.

En el caso de Ingrid Betancourt, la cuenta que la parodiaba cumplía solo parcialmente con los requisitos, pues la indicación se hacía en la biografía, pero no en el nombre de la cuenta, que era igual al del perfil de la candidata, salvo porque no incluía su segundo apellido. Además, según el portal de verificación de datos Colombiacheck, la palabra “parody” solo fue agregada a la biografía tras la denuncia de la candidata. 

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Las normas sobre suplantación y cuentas de parodia no tienen en cuenta el uso de los Spaces, una función de transmisión de audio en vivo que Twitter habilitó para gran parte de sus usuarios en mayo de 2021. El servicio impone una dificultad adicional al momento de saber quiénes están participando –tanto oyentes como hablantes– pues su diseño no permite ver los nombres completos de los usuarios y conocer si en efecto se trata de cuentas reales.

Twitter asegura que un Space puede ser suspendido en caso de que incumpla sus normas comunitarias y que además retendrá copias durante treinta días para verificar posibles infracciones. Sin embargo, no hay información sobre qué otras sanciones pueden aplicarse si la transmisión ha finalizado, y si recaerían sobre los hablantes o los administradores. 

Para el momento en que alertó de esta situación, la cuenta falsa de Ingrid Betancourt había alcanzado más de 11.000 seguidores, una cuarta parte de los que tiene la candidata, lo que no impidió que sus tuits tuvieran un gran alcance. El 20 de abril, publicó un mensaje  en el que en nombre de Betancourt expresaba en términos favorables sobre las denuncias contra la senadora electa Piedad Córdoba, acusada de haber retrasado su liberación cuando estuvo secuestrada por las Farc. La publicación tuvo más de 700 retuits y fue replicado por la cantante Marbelle, quien ya se ha visto envuelta en otras polémicas en Twitter relacionadas con la campaña electoral. Pocos días después, la cuenta falsa dejó de existir.